Cardiofobia y su tratamiento en Psicoterapia Estratégica Breve

cardiofobia

Qué es y cómo se manifiesta
La cardiofobia representa una forma particular de patofobia. Por patofobia entendemos el miedo a una enfermedad mortal y repentina y se distingue de la hipocondría donde, en cambio, cada señal del cuerpo puede ser leída por la persona como un posible síntoma de una enfermedad. El paciente cardiofóbico vive con el temor constante de morir por una enfermedad fulminante que le preocupa específicamente el sistema cardio-circulatorio, por ejemplo, después de un ataque al corazón.

Este miedo es irracional e incontrolado ya que persiste mucho más allá de las pruebas médicas realizadas y que han excluido patologías orgánicas. También en el caso de la cardiofobia, gracias al modelo estratégico, a través del método de investigación-intervención que durante más de veinte años ha caracterizado la actividad del Centro de Terapia Estratégica de Arezzo durante más de veinte años, fue posible identificar los principales soluciones disfuncionales intentadas implementadas por el paciente.

El constructo de solución intentada, formulado por primera vez por el grupo de investigación de la Instituto de Investigación Mental (MRI) de Palo Alto en 1974, identifica todo lo que pone en marcha la persona y su contexto para tratar de gestionar una dificultad y que, repetido en el tiempo, mantiene y alimenta la propia dificultad, determinando la estructuración y persistencia de un verdadero trastorno. Desde el punto de vista de la Psicoterapia Breve Estratégica, la identificación de los intentos de solución fallidos representa el punto de partida para poder intervenir de manera efectiva sobre el problema; no solo nos permiten conocer cómo funciona el problema, sino que representan la vía de acceso privilegiada para su resolución, configurándose como un “reductor de complejidad” en nuestro modelo de intervención.

Los principales intentos de solución disfuncional en la cardiofobia:

  1. Escuchando el ritmo del corazón.
    Ese es el intento de control que lleva a perder el control. El principal intento de solución del cardiofóbico es centrar obsesivamente la atención en escuchar el corazón y sus señales en un intento de tener control sobre el ritmo del latido, preocupándose tanto por un ritmo demasiado rápido -taquicardia- como por uno lento.- bradicardia, o por cualquier dolor sospechoso en el pecho, el área del pecho y el costado.
    Como ocurre con todas las formas de control rígido y obsesivo que conducen a la pérdida de control, incluso en este caso, el cardiofóbico crea una verdadera paradoja: cuanto más intenta tranquilizarse controlando los latidos del corazón, más altera su funcionalidad, produciendo cómo efecto un cambio en el ritmo cardíaco. Esto pronto desencadena la aparición de síntomas de ansiedad o pánico.
  2. Consultas médicas especializadas.
    El intento de mantener a raya el miedo a morir por un problema cardíaco empuja a la persona a solicitar numerosas investigaciones especializadas, desde la visita cardiológica, pasando por la toma de la presión arterial, hasta el electrocardiograma. Sin embargo, la tranquilidad que debería provenir de los hallazgos clínicos no tiene el efecto de reducir las preocupaciones y la ansiedad del paciente.
  3. Uso de ansiolíticos.
    El tratamiento con ansiolíticos o antidepresivos puede reducir la intensidad de la reacción ansiosa pero no afecta en modo alguno a la estructura fóbica y obsesiva del pensamiento y por tanto a la percepción disfuncional de la persona.
  4. Evitación de algunas situaciones.
    la persona cardiofóbica comienza a implementar toda una serie de evitaciones con respecto a situaciones que podrían sobrecargar física o emocionalmente su corazón. Comenzará a reducir progresivamente la actividad física, abandonar el gimnasio o los partidos de fútbol, ​​evitar subir escaleras o correr, o tratar de afrontar todas estas situaciones mediante precauciones (pausas y descanso, por ejemplo, en cuanto se perciba un aumento de la frecuencia). ) por miedo a enfermarse.
  5. Habla sobre el miedo.
    Lo típico en los trastornos fóbicos es la socialización de estos miedos, pero hablar continuamente con los demás produce un efecto paradójico de alimento y amplificación del miedo, en este caso a través de las reafirmaciones lógicas y racionales de los que rodean a la persona que alimentan los miedos de quien teme algo - si estoy continuamente tranquilizado acerca de algo, estoy cada vez más convencido de que hay un peligro del que debo estar seguro.

Tratamiento de la Cardiofobia a través de Psicoterapia Estratégica Breve

En la Terapia Breve Estratégica, debido a su reconocida eficacia en el tratamiento de los trastornos fóbicos y obsesivos en particular, a menudo nos encontramos tratando con éxito este tipo de problemas, que junto con la Hipocondría y la Patofobia, pueden representar una causa frecuente de aparición de síntomas de ansiedad y ataques de pánico.

El Terapeuta Estratégico, después de haber investigado la estructura funcional del problema e identificado los intentos de solución concursal, también en este caso planifica su intervención utilizando como maniobra electiva un protocolo de tratamiento que, como todos los protocolos desarrollados en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo, siguen la misma lógica de funcionamiento del problema -similia similibus curantur-, es decir, técnicas que se ajustan a la estructura del trastorno, con el objetivo de modificar la percepción fóbica del paciente con respecto a la situación temida.

La maniobra principal en la terapia de la cardiofobia consiste en hacer sentir al paciente la importancia de un control riguroso y oportuno de su corazón "loco" mediante la prescripción de mediciones diarias de los latidos de su corazón.

Esta maniobra es capaz de sortear la resistencia al cambio del paciente precisamente porque sigue la misma lógica de funcionamiento del problema y supera su necesidad de control (se prescribe un seguimiento planificado, restando poder al control derivado de la obsesión) pero al mismo tiempo orienta la persona a descubrir una nueva forma, esta vez más funcional, de escuchar y percibir las señales que provienen de su corazón.
A través de esta maniobra terapéutica, combinada con la identificación e interrupción del círculo vicioso entre intentos de solución y persistencia del problema, en un tiempo relativamente corto es posible devolverle al paciente una percepción sana y funcional de la realidad.

Dra. Daniela Ambrogio, (Psicoterapeuta Oficial del Centro de Terapia Estratégica)

Referencias

Nardone G. (2016). "La Terapia de los Ataques de Pánico. Deshazte del miedo patológico para siempre.". Ponte alle Grazie, Milán
Nardone G., Salvini A. 2013. "Diccionario Internacional de Psicoterapia". Garzanti
Nardone G., Salvini A. 2004. "El diálogo estratégico". Ponte alle Grazie, Milán
Nardone G., 2003, "No hay noche que no vea el día". Ponte alle Grazie, Milán

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