Paranoia y delirio de persecución. La intervención a través de la psicoterapia estratégica breve

paranoia

"No existe tal cosa como la paranoia. Sus peores temores se hacen realidad en cualquier momento."
(Hunter S. Thompson)

 

Quien clasificó por primera vez este tipo de patología mental fue Emil Kraeplin, un psiquiatra alemán de finales de 1800. Con el término “paranoia pura” identificó todos aquellos trastornos que se basan en creencias ilusorias, no necesariamente conectadas con ideas de persecución. En la clasificación del DSM, hasta la fecha, las ideas paranoides se mencionan en Trastorno de personalidad paranoide, Trastorno de persecución delirante y Esquizofrenia de tipo paranoide.

La estructura y las características distintivas del problema.
Quienes sufren de paranoia viven en la creencia constante de que tienen "un enemigo contra el que luchar".
Se siente constantemente atacado y, para defenderse, suele atacar primero; aparece polémico, siempre alerta, "culpabilizante", frío y distante, a veces incluso hostil.

La capacidad del paranoico para leer la realidad circundante sufre una verdadera deformación: la ironía se percibe como un golpe deliberado contra uno mismo; el ofrecimiento de ayuda como forma elegante de señalar la propia incapacidad; un elogio como forma de descalificar. Las acciones y las comunicaciones se perciben como una confirmación de las propias creencias.

La tendencia a atribuir la culpa a los demás, o al menos a algo fuera de uno mismo, es la característica definitoria del paranoico.
Esta forma de pensar y de comportarse, aunque aparentemente parezca voluntaria, en verdad no lo es, pues implica una gran dificultad: la incapacidad para cultivar las más íntimas relaciones interpersonales y una profunda labilidad respecto a la vida amorosa en general.

 

Los delirios de persecución
Un agravante adicional se produce cuando la paranoia se acompaña además de delirios de persecución, o la creencia de ser espiados, perseguidos, de ser objeto de complots, de correr peligro, envenenamiento o emboscada, de ser víctimas de alguna acción encaminada a dañarlos. .

El paranoico con manía persecutoria se diferencia del paranoico por la presencia de la idea de que los demás tienen el mal, que traman, traman y deliberadamente hacen algo contra su persona. El miedo irracional a que alguien lo siga, el miedo a ser descubierto en cualquier momento.

La batalla del paranoico: los intentos de solución
La actividad de investigación-intervención realizada a lo largo de los años en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo dirigido por el profesor Giorgio Nardone y sus colaboradores nos ha permitido identificar cuáles son las Soluciones Tentativas disfuncionales * implementadas por quienes sufren de paranoia - y por las personas que lo rodean - que , en lugar de resolver, amplificar la perturbación.

  • La sospecha que se convierte en certeza: el intento de controlar la realidad exterior.
    Para defenderse del constante ataque que siente contra sí mismo, el paranoico trata de controlarlo todo ya todos. Este intento de control hace que los demás lo perciban como cauteloso. Estos últimos, como reacción, empiezan a sentir malestar en su presencia y, a la vez, desconfianza. La dinámica que alimenta la creencia de que los demás están enojados con él se confirma en este punto. El intento de control se transforma en lo que en realidad desencadena ese círculo vicioso que alimenta el desorden: sospecho de los demás y los controlo, pero esto hace que los demás sospechen de mí. Al final, lo que encontraré en sus miradas y actitudes será la confirmación de mis dudas y esto me llevará a comportarme cada vez con más recelo.
  • El que busca encuentra: la búsqueda de la confirmación de sus sospechas.
    Dudar de todo y de todos lleva al paranoico a vivir constantemente en la duda. Por un lado hay otros que intentan hacerle pensar, explicarle racionalmente la extrañeza de su comportamiento, por otro lado hay pensamientos basados ​​en la sospecha - "si no me entiendes, es que estás conspirando contra yo". Para salir de tal dualidad, el paranoico comienza a interpretar de forma rígida toda la información que le rodea: en cada situación, se concentra en buscar escrupulosamente todos aquellos elementos que puedan confirmar su idea de amenaza:” si quieres que haga de cierta manera no es porque quieras mi bien sino porque quieres fastidiarme, o incluso dañarme”.
  • Las fortalezas de arena: la implicación de los miembros de la familia
    La persona que sufre de paranoia, con el fin de defenderse de un posible ataque del exterior, en algunos casos puede llegar a involucrar activamente a los miembros de la familia. De manera más o menos velada, puede pedirles que realicen determinadas acciones. Si estos se adhieren, se fortalece la creencia que subyace al trastorno; si dudan, pueden recibir arrebatos de ira del paranoico que, al hacerlo, provoca la perturbación para mantener a todos bajo control. ¡Todos se unen para tratar de encontrar una solución, pero terminan uniéndose al problema!

Intervención estratégica
Los principales modos de intervención estratégica para la paranoia y la paranoia con delirio de persecución difieren según cómo funciona el problema en el caso individual. Cada caso es único y la elección y uso de las diferentes técnicas, maniobras e indicaciones, requiere que estas se adapten perfectamente al problema ya la persona que lo lleva.

El objetivo de la terapia es romper y luego desmantelar la creencia de la persona. Como siempre para nosotros los estrategas, procedemos a través de un estudio preciso de la estructura del problema, que determinará la estructura de la solución.

Cuando decimos estructura del problema nos referimos a cómo se formó, cómo persiste y cómo se mantiene. La estructura de la solución, en cambio, está dada por cómo se interrumpe el problema con el uso dirigido de recetas y maniobras. Solo al final de la terapia sabremos el verdadero funcionamiento del trastorno, gracias a lo que lo solucionó.

Para concluir, es bueno recordar que entre salud y patología, la diferencia está sobre todo en la "cantidad". Mecanismos similares pero en diferentes dosis crean realidades diferentes; si sospechar es algo que nos pasa a cada uno de nosotros y que muchas veces también tiene su propia utilidad, vivir constantemente en alerta hasta cruzar en pleno delirio es algo que raya fuertemente en lo patológico y que hace de la vida de la persona un verdadero infierno .

Podríamos decir que "la paranoia es solo un cálculo más activo de probabilidades(Richard Krause).

 

* Por Intento de Solución entendemos todo aquello que la persona, y el contexto en el que se mueve, pone en marcha para intentar solucionar una dificultad y que, repetido en el tiempo, no sólo no resuelve, sino que mantiene y alimenta la propia dificultad, contribuyendo a la estructuración y persistencia de un verdadero trastorno. Es un constructo clave del modelo de intervención estratégica, el punto de partida de cualquier intervención terapéutica porque se configura como un “reductor de complejidad” que permite conocer cómo funciona el problema y, al mismo tiempo, tomar acciones concretas para su resolución.

Dra. Daniela Birello (Psicoterapeuta e Investigadora Oficial del Centro de Terapia Estratégica)
Dra. Lindita Prend (Psicoterapeuta e Investigadora Oficial del Centro de Terapia Estratégica)

 

(Para mayor información sobre el tema, sugerimos la lectura del libro "Si eres paranoico, nunca estás solo. De la desconfianza al delirio paranoico", escrito por Emanuela Muriana y Tiziana Verbitz y publicado por Alpes en 2017)

Referencias
Cagnoni F., Milanese R. (2009), Cambia el pasado. Superar el trauma con terapia estratégica, Ponte alle Grazie, Milán.
Muriana, E., Verbitz, T. (2017), ¡Si eres paranoico nunca estás solo! De la desconfianza al delirio paranoico, Alpes, Roma.
Nardone G. (2013), Psychotrap, o los sufrimientos que nos construimos: aprende a reconocerlos y combatirlos, Ponte alle Grazie, Milán.
Nardone G., (2007). Cambiar los ojos tocar el corazón. Milán: Ponte alle Grazie.
Nardone, G., Balbi, E. (2008). Navegar el mar sin el conocimiento del cielo. Florencia: Ponte alle Grazie.
Nardone G., Portelli C. (2015), cambiar para saber, Ponte alle Grazie, Milán.
Nardone G., Salvini A. (editado por) (2013), Diccionario Internacional de Psicoterapia, Garzanti, Milán.
Nardone, G., De Santis, G. (2011), Cogito ergo sufrir: Cuando pensar demasiado duele, Ponte alle Grazie, Milán.

 

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